Comienza narrando la infancia de Leónidas y de su entrenamiento para ser el próximo rey. Siendo ya rey de Esparta, llega a visitarlo un emisario persa del rey Jerjes. Éste le comunica la exigencia de pagar un tributo de tierra y agua como prueba de la sumisión de Esparta hacia Persia. Leónidas se niega y tira a un pozo al emisario y a sus escoltas.
Después de esto, decidido hacerle frente al ejército persa, mandó a su capitán más fiel a que reuniese a 300 de los mejores guerreros espartanos y se dirigieron al paso de las Termópilas.
Jerjes, comienza a mandar tropas que van cayendo sucesivamente ante los trescientos guerreros espartanos ya que luchaban en lugares cuya anchura no superaba los veinte metros y así se igualaban las fuerzas.
En ese momento, Efialtes, un hombre exiliado, visita a Leónidas para ofrecerle sus servicios. Tras su rechazo visita a Jerjes, y a cambio de un uniforme, riqueza, lujos y mujeres, le cuenta el secreto para derrotar a los trescientos espartanos, la senda Anopea que lo dejara en la retaguardia de la posición de Leónidas en las Termópilas.
Leónidas al enterarse se limita a enviar a un guerrero como emisario a Esparta para avisar a su pueblo, pues ya sabe que el final es inminente.
Una vez rodeado por las tropas de Jerjes, caen los trescientos hombres en el campo de batalla.
La Batalla de las Termópilas fue una batalla de la Segunda Guerra Médica en la que se enfrentaron una alianza de poleis griegas lideradas por Esparta y el Imperio persa de Jerjes I.
Se desarrolló durante tres días en el paso de las Termópilas (cuyo nombre se traduce por Puertas Calientes -; derivaba de los manantiales cálidos que existían allí), en agosto o septiembre de 480 a. C. (en las mismas fechas en que tenía lugar la batalla de Artemisio).
Jerjes I .Rey aqueménide de Persia (486-465 a. C.), hijo de Darío I y de Atosa, hija de Ciro II el Grande. Su nombre Jerjes (también escrito Xerxes) es una transliteración al griego (“Xerxés") de su nombre persa tras su ascensión al trono, que significa "gobernador de héroes". En la Biblia se le menciona como (Axashverosh o Ahasuerus transliterado al griego).
Efialtes. Era el hijo de Euridemo de Malis y originario de Traquis, en Tesalia. Traicionó al rey espartano Leónidas en 480 a. C., ayudando al rey persa Jerjes I[] a encontrar otra ruta alternativa al paso de Termópilas. Esto permitió a los persas derrotar al pequeño bando de defensores espartanos, del cual solo sobrevivieron dos.
Los motivos que le impulsaron a la traición de los espartanos se desconocen. Efialtes esperaba ser recompensado por los persas, pero terminó por no obtener nada cuando éstos fueron derrotados en la Batalla de Salamina. Efialtes huyó entonces a Tesalia, con una recompensa pendiendo sobre su cabeza. Según Heródoto fue muerto, aparentemente por otro motivo, por Atenades de Traquinia, sobre el 479 a. C.
En la película 300 (película) , Efialtes es representado como un jorobado deforme que tuvo que dejar Esparta para no morir en su nacimiento. Leónidas rechaza incorporarlo en su ejército debido a que al no poder sostener el escudo correctamente, su presencia podría poner en peligro a la falange.
Todo esto no es más que una licencia tomada por la película, pues no hay indicios de que Efialtes hablara con Leónidas.
CONCLUSION
Hoy en día hay una confusión muy grande con respecto a Grecia, de hecho es normal escuchar a la gente referirse a “los griegos” como si todos fuera un conjunto indivisible cuando en realidad lo único que unía a Grecia era el idioma.
Todos eran diferentes unas de otras, y en algunos casos entre ellas no se consideraban como la misma gente -por ejemplo algunos escritores se referían a Esparta como “los otros”-. Se notaba la diferencia en el trato a la mujer, mientras que en Atenas a la mujer se le sometía; en Esparta, se dejaba ser libre, poseer propiedades, elegir con quien se casaría, participar en las decisiones de la ciudad e incluso entrenarse militarmente.
jueves, 16 de septiembre de 2010
ensayo "caballero de la armadura oxidada"
Es de un contenido para reflexionar ampliamente acerca del los problemas que tenemos.
Es un texto, con una moraleja, ya que tiene partes muy importantes que nos pueden aclarar muchas de las dudas que tenemos todos los días, y que cada vez nos encierran mas y mas, en nuestro propio mundo, sin que los demás se den cuenta de cómo somos en realidad, solo mostrando el lado que queremos que los demás vean, para que piensen lo mejor de nosotros, dejando ver, solo el lado genial y buena onda que suponemos tener cada quien. Más sin embargo esto nos encierra en un ambiente solitario y con miedo, sin poder expresar lo que sentimos y lo que queremos, siguiendo cada vez más alejados de la realidad.
El texto nos muestra la historia de un caballero que tenia una vida llena de éxitos, al salvar damiselas y al matar muchos dragones. Sin embargo desconsideró a su familia que lo necesitaba, por una armadura sobresaliente, a la cual con el paso del tiempo le traería muchos problemas. Su familia se fue alejando de él, a causa de la armadura, pues ya que nunca se la quitaba, inclusive llegando al punto en que su esposa ya ni recordaba como era el aspecto físico de su marido
En el transcurso de la historia conoce a Merlín, que lo ayuda a aceptarse así mismo, pasando por el sendero de la verdad, en donde vería como es él en realidad, y que era lo que su familia esperaba de él, así mismo notó el gran daño que hizo, al siempre portar armadura y darse cuenta de que muchos de los problemas que enfrentaba eran por culpa suya, y que el no los podía aceptar.
Sin embargo el texto nos muestra atraves de una buena historia, que nosotros debemos cambiar por nuestra voluntad, escuchando a las personas que nos quieren de verdad, ya que si seguimos con la misma actitud que la de el caballero, tendríamos mucha tristeza de la cual tal vez nunca nos recuperaríamos.
Nos enseño, saber reconocer afrontar y aceptar nuestros errores, pues en algunas ocasiones, nos es fácil culpar a otra persona, y también saber aceptarnos como somos, aprendiendo a querernos y a respetarnos nosotros mismos, sin hacer que nos vean como lo que no somos, sino con nuestra verdadera actitud y con nuestros verdaderos sentimientos.
PEDRO RAÚL IÑAKI JIMENES MONTAÑO 1° "I" CONSTRUCCIÓN
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